Fragmentos de “El Axiomatismo tajante de Kiko Amat”
para LA ESCUELA MODERNA
—:: Nada más bajo hay que la neutralidad. Quien pasa su vida sin tomar partido es peor que una pulga. Hay momentos en la vida en que uno debe dejar bien claro de qué lado está.
—:: No somos elitistas; somos selectivos. La militancia abierta sólo lleva a una preponderancia de imbéciles y chivatos en el seno de un grupo.
—:: Si existe la posibilidad de mezclarse con gente sabia e intensa y pura, ¿Para qué hacerlo con idiotas?
—:: Casi todo puede ser tolerado, menos la estupidez. En La Escuela Moderna no damos oportunidad a los tontos. Como dicen los ingleses: We suffer no fools.
—:: La imbecilidad existe. Algunos tontos no son redimibles.
—:: La compasión hacia los tontos y los-que-no-entienden no es más que otra forma de condescendencia. Nuestra forma de mostrar el respeto que merecen es mandarlos directamente a la mierda.
—:: La Escuela Moderna funciona como gang clásico. Salimos juntos, nos emborrachamos juntos, bailamos juntos y, si alguno de sus miembros es amenazado, se actua en consecuencia.
—:: La violencia es útil. Solo indies, hippies e hipócritas condenan su uso. Una acción violenta, un abuso físico o emocional, debe ser respondido con iguales (o mucho mayores) armas.
—:: Combatir al Estado y la autoridad es una obligación personal.
—:: El deporte es inútil. La mortalidad, imparable.
—:: La música de mierda existe. No es una cuestión de perspectiva.
—:: El punto anterior puede aplicarse a cualquier disciplina artística o manifestación emocional.
—:: Pelearse por música es razón de sobras para pelearse.
—:: La música es la más alta de las manifestaciones emocionales del hombre. Nada supera su fuerza y valor, su capacidad de redimir al hombre, de levantarle cada vez que cae, de suturar sus heridas y lamer sus penurias, de celebrar la vida y el amor.
—:: Las verdades únicas existen. Hay cosas malas y buenas, verdaderas y falsas, despreciables y loables POR SÍ MISMAS. Muchas cosas no dependen del punto de vista con el que son analizadas para constituir una realidad.
—:: Emborracharse es primordial. Abrir la puerta del subconsciente y desatarse los lazos sociales impuestos a base de morapio es básico para la supervivencia del alma.
—:: Somos prisioneros de nuestra propia ciudad, Barcelona. Nos la han travestido, repintado y prostituido, reblandecido y diluido, la han convertido en un parque de atracciones para noreuropeos millonarios, y aún seguimos aquí. Eso demuestra nuestra testarudez y resistencia, pero también nuestra profunda e inocentona idiotez.
—:: Los que venden su arte y pasión por dinero y publicidad no son mejores que perros, y tarde o temprano perecerán bajo la espada de los puros de corazón.
—:: Si haces publicidad, estás fuera de la lista artística para siempre. Eres sólo otra puta en el gang-bang capitalista.
—:: Nuestra moral es algo concreto y definible, pero no somos moralistas. Los humanos somos débiles. Comprender esta debilidad es comprender cada error y cada caída de nuestros semejantes como si fuesen nuestros.
—:: La única finalidad del underground debe ser la victoria final y la superación del viejo régimen. La cobardía indie de terruño, el subterraneanismo como excusa para la falta de valor –o talento– es anatema para La Escuela Moderna.
—:: De algún modo, creemos que tenemos que vencer.
—:: Si pasas el día rodeado de imbéciles, escuchando imbecilidades, y yendo a sitios de imbécil, luego no te quejes si la gente te llama imbécil.
—:: La pasión es obligatoria. La obsesión, comprensible.
—:: La obsesión enferma. Hay que ir con cuidado con la obsesión. Pero mejor vivir dos días como una majestuosa águila obsesiva y morir como un hombre digno que pasar una vida entera como un roedor acobardado.
—:: Enamorarse es glorioso. Desenamorarse, un asco. Pero ambas situaciones son esenciales para poder decir que se ha vivido.
—:: Las mujeres son grandes y curiosas criaturas.
—:: No hay excusa para la falta de educación.
—:: Cuando la educación falla, pasar a los mamporros está plenamente justificado.
—:: La elegancia es solo una manifestación más de la dignidad personal y el orgullo. Ser limpio y pulcro implica decir: “Me importa”. El desinterés por las cosas y por la apariencia de uno es criminal.
—:: Viva La Escuela Moderna.
Kiko Amat
LA ESCUELA MODERNA
Barcelona, Diciembre de 2007
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