23 nov. 2008

Preludio



Unas palabras de aliento de Imre Kerstész:

"Teme que al final se resignará a la rendición como una enfermedad contagiosa y con el tiempo hasta se olvidará de pensar. Tiene 29 años. Así era yo en su día: la época terrible de la formación, de las elecciones y decisiones. Es mejor ser viejo."

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