14 août 2009


Venía del norte, y cogió algo de altura para sobrevolar el monte Segaria. Una silenciosa tormenta eléctrica, rayos sin trueno que volaban de nube en nube, sin hacer ruido.

Las nubes me recuerdan a Turner. Byron dijo algo de Turner, algo así como que la naturaleza a veces intenta imitar al arte. Crepúsculos y tormentas. A mí Turner me recuerda, por motivos equivocados, siempre a Dostoievski. Para mí Dostoievski es, de momento y sobre todo, "El jugador". Las nubes ensangrentadas del crepúsculo, encendidas por el rayo en mitad de la noche. Una pasión incontrolable.

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