9 nov. 2009

Un prólogo (18 Sept. 2009)

Un cuerpo de mujer que echarse a los brazos
la mano del amigo sobre la espalda
la mirada del padre
el reconocimiento del desconocido
la mano de una mujer sobre la espalda
la mirada del amigo
los brazos del padre...

Escribir tan sólo lo que me falta, en cada momento. Elaborar un minucioso recuento de ausencias.

Llueve un poco y los pájaros del patio no ocultan su contento. El único hombre intacto se dispone a comenzar su relato. Comprueba que las llaves de casa están en el bolsillo izquierdo de la chaqueta, se calza una gorra de paño, bien ajustada en el comienzo de la nuca, y se echa a la calle, como quien libera las amarras de su barco para hacerse a la mar.

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