24 mai 2007

Tesoros





" NUESTROS PROCESOS CEREBRALES dependen de la misma física que el resto del Universo pero El Naufraguito y El Mininaufraguito escapan a estas normas elementales. ¿Por qué? El Naufraguito y El Mininaufraguito son publicaciones escritas por náufragos que han sobrevivido a la rutina devastadora de la vida en sociedad. Ya vomitaron, ya. Ya se agarraron el estómago entre espasmos destructivos. Ya maldijeron y blasfemaron. Ya pasó todo eso.

Ahora les ha quedado una media sonrisa, un rictus, una mueca entre cínica y escéptica que los no avisados confunden con la falsa nostalgia. No es nostalgia, no. Es cansancio, aburrimiento, hartazgo de ver que no hay arreglo posible. ¿Esto les preocupa? No. A veces parece que sí pero qué va. Ellos ya sufrieron sus desencantos y ahora ya no se preocupan de nada.

Dichosos ustedes (y yo) que aún estamos en la fase del engaño. Dichosos ustedes (y yo) que aún creemos que el amor es hermoso, que el sabor salado del odio no existe y que aún creemos que la cursilería y el romanticismo son cosas diferentes.
En El Naufraguito y en El Mininaufraguito encontraremos artículos cortos que pueden leerse en 30 segundos y que en algunos individuos muy determinados seguirán resonando como un eco durante unos segundos más. ¿Para qué? ¿Para algo vital? No. Las informaciones que proporciona El Naufraguito son ambiguas y desorientadoras. ¡No las tengamos en cuenta!

¿Para qué sirve El Naufraguito? No para mucho. Sirve para recordar. Para recordar lo que dice el Manual: “La verdad no está en el medio. Hay que encontrarla mediante continuas excursiones a uno y otro reino porque si bien la proporción es la clave final, partir de ella es garantía de fracaso”. Y es todo."

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