18 mai 2009

Esquinas de Manhattan



Primera esquina: Jim Jarmusch. The limits of Control. ¿Dónde fue la última vez que vi aquellas gárgolas magníficas? Revenge is useless, la venganza no sirve para nada. Lo mejor que se puede hacer con estos hijosdeputa es ir eliminándolos uno a uno, no por un afán incontrolado de venganza, sino obedeciendo a las exigencias de un estricto impulso higiénico y sanitario.



Segunda esquina: Se vende teatro. Por no poder atender. En Broadway con la 99th. Morningside Heights, Manhattan (antiguo West Side of Central Park).



Tercera esquina: El cumpleaños de Marc Ribot (pronúnciese "ree" BOW). Si tuviera que vivir aquí, el edificio de enfrente de the stone está bastante bien situado, le da el sol por las tardes y parece semiabandonado. Otra casa a recuperar: madera, barniz y yeso. Madera, pintura y metal. Madera, madera y madera. Y luz, mucha luz, sobre todo por las tardes. Los cubanos postizos, una buena ocasión para reunir a la vieja banda.



Cuarta esquina: Tenía la sensación de que algo le andaba faltando pero no podía decidirse por exactamente qué, así que quizá lo que sucedía era que algo le andaba como sobrando, y ahí sí, ahí sí que tenía claro de qué tenía que desprenderse. Con cuidado, mientras duerme, al otro lado del océano atlántico. A tomar por culo, mi querida tristeza, mi herida preferida (prefherida). Te dejo mi copia de las llaves en el banco de la cocina. Cuídate, perdóname. O mira, mejor no me perdones, mejor me lo llevo puesto, tu rencor. Por si llueve.

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