3 juin 2009

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[2008?]
Un nido de gaviotas. Maos Habitos en la calle Passos Manuel. Oporto. Querido yo. Dos puntos.
Alivia-Camina-Piensa “la vida consiste en ir perfeccionando la técnica del suicidio”. Sin renunciar a nada. Fumo como un criminal, mirándome en el espejo.
Tú y mi videocámara. Dos miniaturas renacentistas como dos accesos al paraíso. Merecer más. Algo mejor.
Si yo fuera otro escribiría esto descalzo, libre de la presión en mis pies de todo lo que he caminado durante el día. Como un enfermo de ego, en el espejo redondo de la habitación. Nada tan fotogénico como los pasillos de los hoteles.

Hoteles para Jean Genet. Estoy mal acostumbrado a gustar. Soy silencioso como un tren recién descarrilado. Siempre estoy a punto de aparecer entre las cenizas de un edificio que acaba de arder.

Mi maldición. Un cigarrillo más, un poema regular. Al borde del cansancio, después me queda tiempo para soñar contigo otra vez. Dices que tengo peor cara cuando me despierto por las mañanas que cuando me acuesto. Normal. Además me gusta esta ciudad, me recuerda a las películas italianas que me divierten. Las paredes ajadas, las plantas creciendo en cualquier lugar. En un parterre merodea un caracol, y esto es una ciudad? La vida salvaje, el pescado fresco de ayer. Menos mal que cuando llegue a París estarás esperándome, cosmopolita y bien peinada, con los ojos muy abiertos y los dedos tem-blo-ro-sos y el cuello muy estirado. De tanto frecuentarnos en Barcelona he conseguido una cara humana que me gusta para una ciudad insoportable: la tuya, tu cara escondiéndose en el hueco de mis clavículas en cuanto he dejado la maleta en el suelo. París debe ser más o menos lo mismo, a estas alturas del siglo, los bares donde nadie se emborracha de verdad, los carroussels de postales en los lugares donde antes sucedían cosas.

Si yo fuera otro escribiría esto descalzo, en un cuaderno de hojas amarillas, sudando con el bolígrafo resbalando entre los dedos pulgar e índice. Escribiría matando bichos cuya sangre se mezclaría con el sudor de mi cogote, deprisa para aprovechar las horas de luz y porque las noches serían hermosas y fragantes, y estarían dedicadas al disfrute del vino y del amor. En el furor del trópico mis palabras, llenas de humedades, no servirían para combatir la sed ni el calor. Me gustaría todavía menos lo que escribo, pero no podría por ello dejar de escribir.

2 commentaires:

Unknown a dit…

¡viva esto!
¡viva lo otro!
y venga marcha militar...

Carne de Perro a dit…

Vicent!

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