16 sept. 2011

Un sueño de Chejov

Como un espectro que Chejov hubiera soñado y que Dostoievski hubiera mandado enviar a Siberia para hacerle compañía.
Con los dientes apretados y la sonrisa dispuesta y fácil observa cómo la felicidad se asoma y pasa otra vez de largo,
por la ventana de una celda de carne y huesos y tendones, siente el amor como una potencia que permanece a su lado, a la espera de su detonador.





Podría huir,
podría salvarse,
pero no sabe ser menos de lo que es,
no conoce otra riqueza que la libertad.


28 juil. 2011

El Encuentro (Cap. 2)



Soñó un encuentro. Dos trenes viajando en mitad de la noche, un mapa escolar con las fronteras rotuladas en rojo. No se sabe cuánto tiempo llevan circulando sin detenerse, a dónde se dirigen. No sabe si él es uno de esos trenes o simplemente un pasajero, incluso un durmiente de la vía, un álamo junto a la ribera de un río que será testigo de ese encuentro.
Los trenes se miran. El sueño no precisa si chocan o simplemente se cruzan, cada uno en su vía, sin saludarse, y muy poco después se olvidan.

26 juil. 2011

El encuentro (Cap. 1)



Estás igual.
No tanto, no creas...
Qué haces todavía en Barcelona, o sólo estás de visita?
No me he marchado nunca de aquí. No he podido.
Ya.
En realidad no estoy aquí, ésto que ves...

Soy una sombra, lo poco que queda, no lo sabía, pero no podía marcharme. Ahora sí, ahora ya puedo.