Tienes miedo de ser como Teseo, un simple mortal escurridizo y miserable, como todos. A tí lo que te pasa es que tienes miedo de no ser el Minotauro...
Tienes miedo de ser Ulises, aquél cuyo viaje termina en su reino de Itaca frente al mar, aquél que ha regresado del descenso a los infiernos de Hades y ha dejado de navegar. Tienes miedo de no ser Nadie.
Tienes miedo de ser Prometeo, con las entrañas devoradas por el águila del remordimiento en un ciclo que no tiene fin. Tienes miedo de no ser Sísifo, eternamente condenado al intento y a la esperanza.
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