30 sept. 2009
Por fin es viernes
Cuando volví a Barcelona no me estaba esperando el otoño (ni nadie...) sino la oficina del paro y las fiestas de la Mercè. Vaya, hombre, cojonudo. Otro error de cálculo, me pasa mucho. Han tenido que pasar estas dos semanas de septiembre y todo ese gajo de la luna para poder sentir, porque el cielo lo ha decidido, que las cosas están cambiando. Bienvenido sea, y la lluvia, joder.
26 sept. 2009
Hambre de carretera
Soy un coleccionista de venenos, de formas de matarme.
Si aún no lo he conseguido, es porque no he sido capaz de decidirme por ninguna de las alternativas disponibles.
Quizá es que no he encontrado el momento oportuno,
o la perfecta combinación entre la técnica y el instante apropiado.
Los motivos no son importantes para mí,
cualquier motivo es bueno para vivir, del mismo modo que cualquier razón es buena para quitarse la vida.
Cuando era joven tenía la percepción, la certeza, de que mi muerte sería violenta, antinatural. Un accidente de coche, por ejemplo.
Es algo muy común, y por una u otra razón, viajo muy a menudo solo por carretera. Sobre todo porque me gusta, supongo.
Además, un accidente de tráfico me libraría del esfuerzo
de tener que prepararme para morir, despedirme de los seres queridos, hacer un febril recuento de la vida vivida. Es tan difícil decidir qué es importante y qué no lo es... Es más sencillo acumular la información, las experiencias, una sobre otra, y dejar que la memoria vaya borrando aquéllos caminos menos transitados, hasta que la maleza los oculta a nuestros ojos y es como si nunca hubieran existido.
El olvido es un movimiento involuntario de la conciencia, necesario y tenaz como la respiración. (la voluntad de olvidar, el deseo de olvidar, se parecen al deseo de posesión del ser amado, por lo inalcanzable y estúpido de sus pretensiones.)
La acción de conducir nos pone en contacto directo con la máquina, como una prolongación de ella, (que es también una representación de la conciencia, una creación de la mente). Hace falta muy poca conciencia y casi ninguna voluntad para que un automóvil circule por la carretera siguiendo nuestro deseo de viajar, de desplazarnos, de adquirir velocidad.
Parece producirse entonces una especie de suspensión de la línea temporal, al atravesar el espacio a tanta velocidad de alguna manera lo comprimimos, o bien proporcionalmente dilatamos el tiempo transcurrido. Hay una revaloración, o una transvalorización, o un cambio de perspectiva. Protegidos por la cápsula espacio-temporal, quedan muy lejos asuntos y problemas, cuya importancia está ahora seriamente relativizada.
La permanente presencia del peligro de un accidente que de forma absurda y gratuita acabaría con nuestra vida ayuda a establecer un estado de ánimo muy determinado. Una suspensión que afecta también a otras leyes ya no tan naturales, más sofisticadas. Un instante de autenticidad, de pura esencia.
Es terrible que se pueda conducir sin música, no se debe desaprovechar la potencia que la música otorga a esta forma de desplazarse por la vida, a toda velocidad, con el convencimiento de que nada tiene la más mínima importancia salvo el hecho de estar vivo, de que ahora sí, ahora sí que se puede ir el mundo a la
25 sept. 2009
Perdido en la encrucijada de su espalda.
La página en blanco que me espera, y que me ilumina la cara al reflejar los rayos del sol vertical del trópico.
Así será tu amor, cuando me encuentres.
Ni siquiera sueño con ella. He entrevisto su espalda desnuda en otra espalda. He encontrado mi deseo de acariciar mirando el rostro de una estrella.
De una estrella de cine mudo.
18 sept. 2009
The limits of control
[En el metro, que es el laberinto transmundano donde las ilusiones se adormecen, encuentro la salida en Tribunal, y sigo a un hombre joven con una sudadera deportiva. En la espalda puede leerse "Le Boxeur-Marseille". Como a un duende que me guiara. De alguna forma extraigo de las palabras impresas en su espalda la fuerza para atravesar los enésimos anillos, las escaleras mecánicas interminables de la estación de Tribunal. Un bucle motorizado de acero. Los círculos concéntricos del infierno. Cuando llego a la superficie tardo unos instantes en descubrir dónde estoy, pero estoy fuera, estoy a salvo.]
Desde que ví la película tenía ganas de dejar algo aquí sobre ella. He encontrado un análisis muy profundo y muy currado en una web hecha en Barna. Pero yo no lo leería antes de ver la película.
La fotografía es de Cristopher Doyle, anoté su nombre pues es una pasada la imagen de la película. Qué idiota, no caí en que Doyle es el dire de foto de Wong Kar-Wai. Tengo mis lagunas...
Revenge is useless, me susurra el asesino al oído. Pero no se trata de eso. Se trata de hacer limpieza. La volveré a ver cuando se estrene en este solitario rincón del universo.
(23 de Octubre)
Aunque no sé qué sentido tiene, voy a añadir ahora las líneas que escribí en caliente al salir del cine. Bueno, sí que tiene algo de sentido: el domingo pasado en Madrid, guiado por el olfato, encontré una de las localizaciones. La encontré porque la estaba buscando, además.
12 Mayo 2009
"...he salido de los cines Alexandra flotando, reconciliado con el mundo que me rodea, ésta ciudad que, por momentos, tanto me hastía. Recorro Houston Street mecido por semejante paz, que es también una tregua para conmigo. Es un film poético, zen, lento y silenciosamente combativo, y además es cine hablando del cine, vida hablando de la vida. La letra de una canción popular, una extraña torre de apartamentos en Madrid y la presencia silenciosa del protagonista, parecen ser los únicos puntos de partida. Pero hay más, y esto se explica al final, una voluntad de hacer justicia, de equilibrar la balanza. De hacer limpieza en un mundo podrido y sucio donde parece que estos conceptos han perdido su sentido y su utilidad. Que se han vuelto abstractos e inalcanzables...
El comedor del Sylvia’s está enmoquetado como un hotel, las paredes pintadas de un verde suave, las sillas cómodas y pesadas, las mesas a la altura perfecta… (Notas impregnadas de una percepción favorable de la situación, parece que Harlem y la música soul que suena por los altavoces me ponen de buen humor.)"
En aquélla plaza escribí: "Puedo querer a una mujer como se quiere a un río."
17 sept. 2009
Despierto en Tokio
Cuando me despierto tardo unos segundos preciosos en darme cuenta de dónde estoy, a veces incluso de quién soy. Esos instantes son preciosos porque mientras duran la conciencia, dispersa por el cosmos, abarca infinitas posibilidades. Cuando despierto debo decidir (recordar) quién soy, dónde estoy, para qué he vuelto.
16 sept. 2009
Encantado de conocerme
He tenido que aguantar durante un mes sus neuras y sus dudas, interminables monólogos prologados de prolongados silencios. Todo el día mirando al río sin hablar. Por ejemplo. Y ni puta idea de francés. Parece que no hubiera salido en su vida del pueblo. Pero me cae bien, menudo petardo. Me ha dejado suficiente espacio para poder disfrutar del viaje a mi manera, y no le he oído quejarse ni una vez. Bueno, una vez, tras aquél viaje infernal en piragua, dos días durmiendo en el suelo y comiendo mal, la verdad es que acabamos hechos polvo.
La Saison Espagnole
La estación de las lluvias. Mali, Agosto-Septiembre de 2009. Creo que es momento de abrir una de esas cuentas de flickr y empezar a subir fotos.
1 sept. 2009
Tombouctou
Empiezo a volver. Tanto es asi que aunque me queden dos semanas para llegar a Barcelona he decidido escribir algo desde aqui.
Escribir que he llegado a Tombouctou y que me quedare unos dias, que esperare en una terraza de la medina a que llegue la luna llena y partire de madrugada.
Ya he dicho adios a la ciudad de los 333 santos y las 2666 rameras, pero aun no he salido de aqui. Asi funciona el cerebro euclidiano, por anticipaciones.
En la terraza del mercado, chez Maiga, bebemos te Lipton y jugo de pamplemouse, yo doy lecciones basicas de astronomia y a cambio recibo la generosa sabiduria del desierto.
La motivacion del placer versus la motivacion de la belleza.
Nos vemos. Imshallah.
Escribir que he llegado a Tombouctou y que me quedare unos dias, que esperare en una terraza de la medina a que llegue la luna llena y partire de madrugada.
Ya he dicho adios a la ciudad de los 333 santos y las 2666 rameras, pero aun no he salido de aqui. Asi funciona el cerebro euclidiano, por anticipaciones.
En la terraza del mercado, chez Maiga, bebemos te Lipton y jugo de pamplemouse, yo doy lecciones basicas de astronomia y a cambio recibo la generosa sabiduria del desierto.
La motivacion del placer versus la motivacion de la belleza.
Nos vemos. Imshallah.
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